Me vais a permitir que haga aquí un resumen de mis maratónicas vacaciones en Alemania, no por que piense que sean una excelente guía de viaje (como me gasto lo poco que tengo en cómics, viajo poquísimo) sino para evitar tener que contar lo mismo a los amigos diez veces.
Aviso que yo no soy nada fotogénico y en persona resulto muchísimo más guapo. ;-)
Mi llegada a Berlín fue acompañada por un tiempo bastante inclemente, por lo que la impresión general de la visita es que Alemania es un país "fantasma", donde cuesta ver a alguien en la calle. No se donde se meten los 90 Millones, en Berlin centro no, desde luego. Sobre todo los días de lluvia.
Si los países nórdicos tienden culturalmente a vivir puertas adentro, esta sensación se incrementa con el mencionado mal tiempo y con las zonas monumentales de la capital, donde solo puedes encontrar museos, monumentos, catedrales y demás, pero que parecen puestos allí solo para las visitas de fuera.
Los alemanes, calentitos en casita, los deben tener muy vistos. Lo dicho, para alguien que se pasea a diario por el centro de Madrid, populoso aún sin los Indignados, la cosa tenía un tono subrealista y melancólico. Tengo que salir más.
Por cierto, ahí estoy yo en Postdamer Platz, donde estaba mi hotel, junto a los restos del Muro (graciosísimo el que vendan trozos falsos del muro de recuerdo que todos, que casualidad, tiene exactamente el mismo grafitty...).
Empezamos por el Museo de Pérgamo, en cuyo altar espero paciente que los dioses me otorgen los poderes del Capitán Marvel.
Cayeron relámpagos, pero de los de lluvia...
Me impresionó la representación de la Gigantomaquia, a penas sugerida en los textos que nos han quedado, pero detallada allí dios por dios. Como esas representaciones artísticas debían ser ortodoxas entonces, eso supone que hemos perdido un "Silmarillion" griego donde esa batalla entre Dioses y Gigantes era relatada.
Esta es la puerta de Ishtar, de Babilonia. Como soy estudioso de la mitología y la Mesopotámica/Babilónica me resulta muy atractiva por ser la cuna de Nabú y el Doctor Fate -y Sargón-, encontrarme con la entrada a la mítica ciudad fue muy especial.
Mirad lo que me encontré entre los objetos babilónicos. Apuesto que este plato era un favorito de Hitler y sus colegas de la Abehnerbe. Indiana Jones WAS RIGHT!!!
La figura de este genio/hombre-toro también me gusta mucho, pues ha sido utilizada como elemento de diseño de la Torre de Salem del Doctor Fate (dentro de la versión animada), afortunamdamente por algún dibujante que sabe que viene de Ur y no de Egipto.
El Neue Museum, con sus secciones nórdicas y egipcias, es otra parada obligada. Pero mi pasión egipcia fue rapidamente olvidada cuando me metí en la contígua Galería Nacional en la que había una exposición sobre el Romanticismo alemán.
Me quedé totalmente subyugado por unas pinturas y una estética totalmente desconocida para mi, cercana a lo que ahora es ilustración fantástica, emparentada con las láminas de los cuentos clásicos de Grimm, una realidad mágica llena de los colores que las perpetuas nubes hurtan al paisaje alemán.
Si a eso le añadimos catedrales, ruinas, naturaleza y demás tópicos románticos... ¡¡Tuve que hacer grandes esfuerzos por no regresar de noche a robar tres o cuatro cuadros!!
Hay que recomendar una paradita en los almacenes KaDeWe, que tienen una sección, digamos que como el supermercado del Corte Inglés PERO A LO BESTIA, con todas las delicatessen imaginables y bares/restaurantes incluídos para comerte allí cualquier cosa que te apetezca.
Los alemanes tienen tres grupos de alimentos: Cerveza, Salchichas y Chocolate, todo ello regado con abundante Cerveza. Y de postre, bollitos.
Siguiente parada: Postdam, que es como si uno va a Aranjuez desde Madrid. Más allá de lo momumental de la Capi, en esta ciudad ya se puede apreciar mejor la arquitectura alemana, con una encantadora calle central llena de terrazas y tiendecitas para turistas por la que da gusto pasear. Tranquilo, muy tranquilo. Casi demasiado.
Como no hace sol nunca, los alemanes tienen una obsesión con salir al aire libre. Por lo que tienen terrazas por doquier. Vacías, pero las ponen. Con mantas por si aprieta el aire, pero en las terrazas.
Allí está el Palacio de Caza Sanssuoci, Sin Penas, una obra cumbre del Rococó.
Aquí yo en los jardines, con una estatua dedicada a Jay Garrick. Los alemanes tienen más respeto por Tierra-2 que DiDio.
Al lado está el Parque Sanssouci, que más que un parque, a los ojos de este manchego de la meseta vitivinícola, parecía un inmenso bosque de cuento de hadas. Como diez Retiros juntos.
Uno de los palacetes es este de estilo oriental, país exótico para la época.
Aquí yo con Minerva Misericordiosa, pidiéndole que Wonder Woman no sufra más reboots ni cambios de vestuario.
La estatua está en un lado de la Puerta de Branderburgo, decorada con interesantes frisos de las aventuras y Trabajos de Hércules. Aunque no se para que los pusieron a 5 metros de altura, donde es difícil apreciarlos.
Y para despedirnos de Berlín, una visita a la librería Modern Graphics, en un barrio de la ciudad. Digamos que se trata de una librería "gafapasta", donde ponen primero los títulos Vértigo y los superhéroes están al fondo.
Algún perturbado se dedica a pedir para el stock todo lo que tenga tetas o sangre en el Previews y la arruinará en breve por ser material invendible.
No obstante, además de las ediciones de Panini, europeo y demás, hay algunos paperbacks americanos al fondo. Yo pillé un Superman de Weisinger, a lo seguro...
Tras una monumental tormenta en Berlín, que sonaba verdaderamente como si Thor se pasease con su carro por los cielos (se oían hasta las pezuñas de los Cabritos que tiran de su carro), mi siguiente parada fue Colonia, una ciudad mucho más agradable, en su clima y en sus dimensiones.
Imaginad calle comerciales como Fuencarral, pero veinte o treinta. Y cada dos puertas, una panadería con demasiadas clases de bollos, que no pude fotografiar por que ya me los había comido yo todos... Pero estos son los panes.
En Colonia es visita obligada la Catedral.
Los Patriarcas bíblicos presiden la puerta principal, que no tiene nada que envidiar al Pórtico de la Gloria.
Me divierto mucho con el hecho de que algunos estudiantes de Bellas Artes son incapaces desde hace años de identificar de quien se trata cada escultura o pintura por tener una ignorancia supina en cuestiones de Historia Sagrada.
A alguno he tenido yo que ilustrar.
Yo me lo pasé chachi buscando (y encontrando) símbolos alquímicos en las vidrieras y gárgolas de la catedral.
Y no veáis la que monté con los sacristanes cuando intentaba abrir esta jaula, ¡¡¡explicándoles que dentro estaba el plano de Alexandreta!! ;-))
Aquí, el Arca de la Alianza... Bueno, no, pero cerca: Son las mismísimas reliquias de los Tres Reyes Magos, patrones de la ciudad y cuyas coronas aparecen en su escudo.
Un auténtico hallazgo, al ser un lugar donde se adoran los restos de personajes imaginarios. Fascinante.
Armándome de valor, subí las escaleras de la Torre de la Catedral, y mira, tenía la cosa su premio: Arriba del todo, un ángel sostenía el Grial.
Luchando con un creciente vértigo (ni idea de cómo pudieron construir algo así en la Edad Media) llegamos hasta el balcón. El Rio Rin, que pasa por Colonia, Bonn y Dusseldorf, al fondo.
No menos importante en Colonia, el Museo del Chocolate de Lindt. Ni maestros chocolateros ni na', lo hacen to' con máquinas... ;-)) Yo pasé tres veces por la fuente de chocolate.
Aquí, los tres negritos del África Tropical.
Expendedores de chocolatinas. Los alemanes tienen una capacidad inigualable para montar museos alrededor de los tópicos más increíbles.
Para muestra, el Arca de Noe, un parque temático flotante BÍBLICO. No pude entrar, pero me se la historia, vaya.
Aquí el edificio de la tienda de perfume que da el nombre al Agua de Colonia. También tenían una fuente de colonia, pero si vas tres veces apestarás...
Interesantísimo también el Museo de Arte Medieval de Colonia, con muchas tallas románicas de extraños diseños, que se mueven entre lo oriental y lo casi alienígena.
Cerquita de Colonia está Bonn, también con muchas callecitas y plazas por las que pasear. Pasé por la casa de Beethoven.
Aquí yo en la Universidad de Bonn, a ver si me daban algún Honoris Causa.
En Alemania uno se nota mucho más cerca de la naturaleza, no como en mi pueblo, que solo hay viñas. Este es un estanque del Jardín Botánico de la Universidad.
Y aquí, el Jurásico invernadero.
Casualmente en Bonn hay ahora una exposición de Anime, muy bien montada, con filminas originales de todos los dibujos que conocemos, desde las co-producciones alemanas como Heidi y Maya hasta Miyazaki o Tekuza.
Me quedé con ganas de hacer de "Pedro" junto a un diorama gigante con Heidi y el abuelito, pero no dejaban fotos...
Afortunadamnete, en Bonn di con esta otra librería, con mucha más vista y stock que la de Berlín. ¡E interesantes ofertas! Manga, Francobelga y gran stock de Tomos Americanos, Vértigo y Superhéroes.
Por último Dusseldorf no me gustó tanto como las dos anteriores ciudades, aunque fue curioso ver la gran comunidad Japonesa que alberga. Y no solo japonesa: Curiosa imagen de pabellones chinos con la arquitectura tradicional de fondo.
Cada vez hace menos falta viajar, por que tenemos al extranjero metido en casa.
Pero, en resumen, viene muy bien conocer otros sitios, agujetas incluídas, ¡¡para apreciar más de donde vienes!!
PS: Gracias especiales al excelente "guía nativo" y fotógrafo.
Mira, pues nosotros estuvimos hace mas de una semana en Nuremberg, Jena y Frankfurt, ya decia que mi sentido arácnido estaba alterado :D
ResponderEliminarEn Nuremberg tambien había una tienda llamada Comixx o algo así con una planta dedicada a comic americano de exportación bastante interesante...
Das envidia de la buena, Pedro. Gracias por las fotografias y por tus comentarios. Me ha encantado.
ResponderEliminarGenial el post Pedro, como me hubiera gustado a mi ir tambien!!
ResponderEliminarAhora que ya te hemos puesto cara tendras que ir con cuidado no te asaltemos por la calle para pedirte autografos!! jajaj
ResponderEliminarOye menudo viajecito y que de detalles encuentras, yo no llego a la mitad, eso sí lo de las pastelerias me ha dejado babeando, aquí cada vez hay menos bollería buena.
Vsys, Pedro, cada día te pareces más a Grant Morrison, eso sí, en manchego y con barriga. Enhorabuena por tu siempre interesantísimo punto de vista y tu mirada sobre el arte y la mitología germana. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no tengo ninguna barriga, la han puesto con Photoshop!!!
ResponderEliminar¡Este post es fantástico!
ResponderEliminarMe han encantado las explicaciones, así da gusto ver las cosas, con su historia por detrás.
ResponderEliminarLo único que había en muchas fotos un tipo que se metía en medio, si es que la gente ya no respeta nada.
Y las fotos preciosas.
Chistianspi
ResponderEliminar''Aquí yo en los jardines, con una estatua dedicada a Jay Garrick. Los alemanes tienen más respeto por Tierra-2 que DiDio.''
Jajajaja buenísimo!! Genial entrada.