MEGAMIND

¿Y si Lex Luthor triunfase un día en su empeño por destruir a Superman? ¿Qué haría al día siguiente...?

¿Y si estuviese secretamente enamorado de Lois Lane....? ¿Y si Jimmy Olsen también lo estuviese y heredara los poderes de Superman

¿Y qué pasaría si en un mundo sin Superman una nueva amenaza se alzase..?

Estas son en resumen las preguntas a las que responde esta película, en clave de comedia.

Cuestionando el intento de todos los grandes villanos clásicos de conquistar el mundo, la peli demuestra que el objetivo está sobrevalorado, y que el villano que lo consiga solo obtendrá problemas aún más grandes, a la par que quedarse sin objetivos.

"Algunos caen, y a otros los empujan", que dijo Gaiman. Con Megamind descubrimos que un pequeño cambio en el destino puede fastidiarte toda la vida, pero la ausencia del héroe no sólo exigirá la existencia de su reemplazo, sino que será el propio villano quien lo cree, para tener algo que hacer al seguir combatiéndolo.

Y en ese juego, Megamind va a descubrir que sin héroe ya no hace falta ser villano.

Una divertida historia tan simple como efectiva. Si Pixar recreó con los Increíbles a los 4F, Dreamworks adopta las premisas del mundo Supermaniano para así poder centrarse en el desarrollo del personaje, que a ritmo de unos alocados diálogos pasará de ser el malo a ser el bueno sin ni siquiera pensarlo.

Y no se si soy yo, pero el diseño del bibliotecario que Megamind suplanta me parece la viva imagen de Denny O'Neil en los '70, con su chaqueta de pana y todo.

Además de pasar un buen rato, podemos reflexionar sobre algo sugerido en algunas ocasiones pero que aquí queda patente: Que sin héroes no existirían supervillanos.