Tenía varios tomos del universo de Hellboy atrasados y me estan sorprendiendo más que nunca.
En este caso se trata de un nuevo spin-off en el que Mignola desarrolla a un cazador de brujas victoriano, un cruce entre Sherlock Holmes y el Van Helsing que lo fascinó en su juventud, con alguna referencia a 007, como se desprende del título.
Mignola comenta que cuando pensó en desarrollar al personaje de Hellboy evaluó la posibilidad de asentarlo en el mundo victoriano, pero luego lo trajo a la actualidad para evitar estar continuamente documentándose sobre la ambientación.
Lo cierto es que todo el mundo esotérico que Mignola ha desarrollado resuena mucho mejor si lo retrotraes en el tiempo, sea a los años '40 con el aventurero pulp Lobster Johnson, o aún mejor a ese Londres nebuloso de los filmes de la Hammer.
Mignola ha encontrado a un artista que sabe reproducir toda la atmósfera oscura y mágica a la que él nos tiene acostumbrados, emulando magníficamente su estilo. El alumno supera al maestro, Ben Stenbeck es como una especie de Mignola "en 3D" que lejos de reducir el dibujo a las cuatro líneas sintéticas de Mignola crea volúmenes alrededor, además de ser un maestro de la ambientación victoriana. Se sale.
A esto se añade que, quizás por la práctica, Mignola brilla más que nunca en los guiones. Por un lado, cuando evoca las perdidas civilizaciones hiperbóreas de los escritos teosóficos de Madame Blavatsky lo hace con tal certeza y las imágenes tienen tanta fuerza que, de haber contado con él como divulgador en su cruzada de finales del XIX, todos hoy perteneceríamos a la Sociedad Teosófica.
Por otro lado, el ritmo narrativo, el conjunto de planos escogidos y las palabras que los acompañan se hacen realmente de notar, marcando el ritmo como unos timbales que hacen de ominosa banda sonora, acompañando los rezos y hechizos que los personajes se lanzan unos a otros. Verdaderamente impresionante la fuerza de las imágenes y las palabras unidas.
Ese es el trabajo de un VERDADERO GUIONISTA, no el sacarse de la manga por enésima vez hijos perdidos del superhéroe de turno que vuelven del futuro alternativo ya adultos para ser olvidados a los seis números. Lección de Supercoco de hoy.
Mignola no tiene competencia hoy en día al tratar personajes mágicos. Ójala lo fichase DC para relanzar algunos de los suyos, o la misma Marvel para su eternamente fracasado Doctor Extraño.
¿Finales del siglo XXIX? Si que vas adelantado en tus lecturas... ;0)
ResponderEliminarQue va, ahora mismo estoy leyendo un libro que compre hace 4 años, el Cropus Hermeticum, de hermes Trimegisto. Y ese data del siglo 4 al 6 o así ;-)))
ResponderEliminarA estas alturas y todavia no habias leido Al fundador del hermetismo? ain ain.....
ResponderEliminaren cuanto a mignola, una de mis asignaturas pendientes, sin duda. Con lo que me mola a mi las ciencias ocultas, el misterio y el pulp!
Me estoy leyendo guerra y paz...y estoy ocupadillo....
PEDRO: Ya no sé si es que sigues la broma o no te has dado cuenta.
ResponderEliminarEn el post, has puesto: "Finales del siglo XXIX". Lo que es igual a: "Finales del siglo 29".
A eso me refería con el: "vas adelantado" ;0)
Lo que vienen haciendo Mignola y Arcudi con Hellboy/AIDP respectivamente, no tiene comparacion; tal vez influya que son ellos los que marcan el ritmo y no los eventos editoriales...
ResponderEliminarKiko: Gracias, corregido.
ResponderEliminarDos comentarios: cuando dices que lo ideal para al atmósfera pulp de estos cómics serían los años 40, te equivocas... Creo que Mignola y Arcudi han demostrado sobradamente la capacidad de hacer pulp ambientado en el siglo XXI. La saga de las ranas de AIDP (cerrada magistralmente) es una buena demostración de esto.
ResponderEliminarTodavía no he leído Witchfinder... pero le tengo ganas, le tengo ganas. (Y ojalá no los fichen nunca en Marvel y DC... que ya están bien haciendo lo que hacen para que los estropeen)