domingo, 20 de agosto de 2017

EL REY ARTURO, LA LEYENDA DE EXCALIBUR: REVOLTILLO DE MITOS PARA TRONISTAS MALOTES

Vamos a decir lo malo primero: Este Arturo, en lugar de crecer como el humilde huérfano "Verruga" bajo la tutela de Sir Bedivere, es adoptado por unas trabajadoras de un prostíbulo de la medieval Londinium y crece allí hasta convertirse -no hay forma de aligerar esto- en SU CHULO y protector, abrigo de pieles y negocios de dudosa legalidad incluidos.

Eso y además -como el target de esta película- va al gym todos los días a aprender... Kung-Fu.


Si sigues leyendo la crítica es que has pasado la prueba y podrás ver la película sin salir corriendo de la sala a las primeras de cambio.

Aunque pudiera parecer por lo dicho que Guy Ritchie ha realizado esta cinta solo con la intención de insultar a cualquier aficionado a las Leyendas Artúricas, en realidad no es así.


Bajo la apariencia hipster, bajo los efectos de ordenador que la asemejan a un videojuego, bajo los anacronismos y las concesiones a la diversidad racial, bajo los planos a cámara lenta y las peleas a torso desnudo, de alguna mágica manera el eterno MITO de Arturo perdura.


No sabemos si por virtud de su elogiado Boorman, pero la película es estructural y narrativamente funcional, lo cual no quiere decir que sea una obra maestra del celuloide.

Su mayor virtud quizás es aglomerar los Mitos Artúricos con otros de muy diversa fuente (Mosaicos, Cristianos, Wagnerianos, Superheróicos, etc, etc, etc...) que resaltan para quien los reconozca el valor universal de las Leyendas Artúricas.


Lógicamente, cuanto más se añade ajeno, menos se muestra de lo propiamente Artúrico.

La película, muy probablemente a propósito, pronto degenera en "Las Aventuras de Robin Hood y sus Merry Men", con un Arturo que intenta recuperar su legítimo lugar como Monarca, ocupado por su tío Vortigern (Herodes, Scar de Simba, el Marveliano Loki o cualquiera de los reyes usurpadores Shakespirianos) con ayuda de un olvidable conjunto de aliados que usan la conocida "guerra de guerrillas" con la que los arqueros de Sherwood volvieron loco al sheriff de Nottingham.


La aceptable fotografía, las grandes batallas y la consabida indigestión infográfica del climax -con Death Dealer de Frazetta incluído- no consiguen salvar a una película que, pese a dotar a su héroe de la adecuada secuencia iniciática, no acaba de concretar lo que define como su eje narrativo: la relación de Arturo con su herencia, la mágica Espada Excalibur, y la necesidad de que el control de esta pase por una REMINISCENCIA DEL PLATÓNICO MUNDO DE LAS IDEAS.


Como Parsifal, Arturo no es Rey hasta que no "recuerda" la Llaga de Anfortas.

Pero este climax de la peli no acaba de funcionar, ni tiene en realidad mucho que ver con el tono desenfadado, desmitificador y BAKALA del resto de la película, que hará las delicias de todos los chulitos de barrio y tronistas televisivos, faltaría más.


No seamos pues egoistas: Ni este es nuestro Arturo, ni son nuestros caballeros, pero nosotros tenemos CENTENARES de versiones que nos son caras.

Aunque nació con intención de convertirse en franquicia y narrar supongo futuras aventuras de la Tabla Redonda, va a ser para mejor que el fracaso en taquilla le niegue esa continuación. No daba para mucho más.

Pero si algún jovenzuelo acaba encontrando algo atractivo en el filme -más allá de Charlie Hunnam- habremos conseguido aquello que cantaba Richard Harris:

"Don't let it be forgot that once there was a spot, for one bright shining moment, that was known as Camelooooooooot..."

1 comentario:

BRIN LONDO dijo...

EXCALIBUR y CAMELOT 3000!!!
fuera del mito de pendragon son mis versiones preferidas....el resto en mi opinion mas que olvidables,con esta version ni me lo planteo el perder tiempo visionandola y van.....