domingo, 6 de abril de 2014

EL HOBBIT "DEVELADO". CAPÍTULO 7:

Cuidando desde el comienzo que la aventura tuviese una medida del tiempo y el espacio recorrido conexa, Tolkien necesitaba un nuevo "refugio" en el que los personajes pudiesen recuperar las fuerzas, los ánimos y hasta el equipaje.

Así que en este episodio de transición el contenido simbólico está ausente.


Lo más relevante es la presentación de Beorn, un singular personaje de los originados con "El Hobbit" y casi contenido en este, en el sentido de que no tiene antecedentes dentro de los escritos de la Primera Edad.


Beorn es la versión -literal- de los guerreros BERSERKER, los vikingos que entraban en un trance frenético al luchar.

El nombre viene de Bee-seeker, el Buscador de Abejas, esto es, el Oso -Bear- que busca los panales de miel en los troncos de los árboles.


En el caso de Beorn, que también cultiva la Apicultura -la Colmena es uno de los símbolos masónicos-, no se trata de un espíritu que lo posee, sino que es una especie de "were-bear", una "licantropía" que lo vuelve Oso por la noche.

Hasta tal punto que Tolkien no llega a aclarar sin se trata de un oso que se transforma en hombre, o al contrario...


Gandalf, precavido él, usa con Beorn el mismo truco que con Bilbo, y manda a los Enanos de dos en dos a presentarse ante su anfitrión.


El episodio en el que los ponys y los perros de Beorn ponen la mesa como si fuesen inteligentes no cabe duda de que es uno de esos que Tolkien hubiese suprimido luego a la menor ocasión.


Se menciona por primera vez a Radagast, habitante de la frontera sur de Mirkwood, y "primo" de Gandalf.


Por último, ni que decir tiene que cuando se menciona al "Nigromante" en cuyas Tierras no deben meterse los Enanos en su viaje, este no tenía ninguna relación con lo que luego sería Sauron, originándose quizás como algo similar al Rey Brujo de Angmar.

Luego, claro, adquiriría mayor altura.

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